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Guillermo despeja un balón aéreo que Pantiga, Nacho Fernández, Geni y Boris buscaban en el primer palo.
El Real Avilés desafina en Miramar

El Real Avilés desafina en Miramar

Cristian desperdició un penalti en el minuto 54 y en el 89 Omar Sampedro dio la victoria al Marino

NACHO GUTIÉRREZ

Domingo, 29 de noviembre 2015, 23:39

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Un gol de Omar Sampedro en el minuto 89 certificó la derrota, tercera de la temporada, del Real Avilés en su visita al Marino de Luanco (1-0) en un partido de mucha disputa, poco fútbol y contadas ocasiones, la mejor en el minuto 54 para el equipo blanquiazul en un penalti que Cristian lanzó alto en la jugada clave del derbi comarcal disputado en Miramar. La necesidad de ganar de los azulones, que empujaron mucho en el tramo final del choque, tuvo su premio con una victoria que alivia la situación del Marino y la de su entrenador.

Para el Real Avilés el castigo fue doble porque al mismo tiempo que recibía la puntilla en Miramar se conocía el gol de la victoria del Caudal en Noreña, en un minuto aciago de los banquiazules, ahora situados a cuatro puntos del conjunto mierense y con el Langreo acercándose. La derrota de ayer, en un partido distinto, puede tener una lectura parecida a la de Ganzábal, porque como allí ganó el que más lo necesitaba.

Tanto Blas García como Pablo Lago dispusieron los planes previstos para un partido que se suponía trabado, con muchas disputas, poca circulación de balón y ocasiones contadas, como así sucedió. El Marino necesitaba ganar por encima de todo y eso pasaba primero por no encajar, porque a los azulones les cuesta marcar y ante un Avilés con dinamita en ataque... Así que el conjunto marinero trabó el partido haciendo un importante trabajo de presión en la salida de los avilesinos y cortando las líneas de pase.

La primera parte casi no registró acciones relevantes en las áreas. La del felizmente recuperado Dani Laviana se vio alterada camino del cuarto de hora en dos acciones de Dudi, la primera en un cabezazo en plancha sacado por el meta antes de ver al línea levantar la bandera por fuera de juego, y la segunda con un disparo raso bien atrapado. La producción ofensiva del Avilés se acabó en esas dos oportunidades porque las asociaciones del medio campo con los puntas no aparecieron.

Tampoco el Marino hizo mucho en ataque, fiando su suerte al balón parado o alguna acción de sus exteriores, que cerca del descanso, a los 41 minutos, provocaron la única pero más clara oportunidad de la primera parte. Omar Álvarez combinó con Geni y este con Dani López al que le sacó su disparo Nacho Fernández cuando Guillermo estaba batido.

La salida del segundo tiempo fue blanquiazul desde el pitido, cuando Matías estuvo a punto de quedarse solo ante Laviana de no aparecer un providencial Boris. Pronto llegó la jugada clave del partido, a los 54 minutos, cuando Jorge Rodríguez ganó la espalda de los centrales para encarar muy apurado a Laviana. El cántabro llegó a rematar como pudo y el portero lo arrolló en un penalti protestado por los de casa, por riguroso, y por los de fuera, que pedían la roja para el meta.

Aunque el cántabro había lanzado las tres anteriores penas máximas -dos conversiones y un fallo- y pese a ser objeto del penalti, cedió a la petición de Cristian, que lanzó muy fuerte pero demasiado alto para su desgracia y la del equipo, porque ahí estuvo el partido para el Avilés. Dicho lo cual conviene no señalar a Cristian como culpable de la derrota porque el equipo, en general, desafinó en Miramar.

Aunque cuatro minutos después de esa jugada Matías puso un balón de gol desde la izquierda al que no llegaron por muy poco los dos puntas blanquiazules, el equipo de Pablo Lago quedó un poco tocado y ya no volvería a encontrar su sitio en el campo. El partido cambió por completo con el primer cambio ordenado por Blas con la entrada de César Hevia, cuya velocidad y ganas revivieron al Marino, que poco a poco se fue metiendo más y más en campo rival.

El Avilés fue incapaz de aguantar el balón más de dos pases y tampoco de ver alguno de los desmarques de Jorge Rodríguez con un buen pase largo. Pablo Lago también movió ficha y retiró a un Cristian que no levantó cabeza tras errar el penalti para dar entrada a Luismi, pero el gallego no mejoró la gestión de los ataques ante un Marino que no se desordenaba y al que César le bastó para desestabilizar a la defensa avilesina. Una jugada suya con Pablo Suárez a los 72 minutos permitió al lateral poner un balón en el área que Omar Sampedro remató a la media vuelta rozando el poste derecho de Guillermo.

Empuje gozoniego

En el tramo final del partido, Blas quería más presencia en su vanguardia y con Pablo Hernández en el campo Geni se fue arriba para ganar balones y provocar segundas jugadas. Pablo Lago probó con Juanma, pero la inercia la tenía el Marino, aunque la defensa y portero avilesinos lograban achicar lo que llegaba y evitar siquiera la ocasión de un equipo local con poco remate.

Todo apuntaba al reparto de puntos, pero los 'bajitos' del Marino se juntaron para que los tres puntos se quedaran en Luanco. César Hevia hizo la jugada por la izquierda y puso el balón que Omar Sampedro convirtió en oro con un impecable testarazo que desbordó a un Guillermo que llegó a rozar el balón en su estirada. Un premio, la verdad, que el conjunto gozoniego se ganó ante un Avilés oscurecido y al que, además del lanzador del penalti, le fallaron otras cosas.

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