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Matías, rodeado por dos jugadores del Marino en el partido de Copa Federación.
«Jugar en Tuilla es muy especial para mí»
Real Avilés

«Jugar en Tuilla es muy especial para mí»

Matías Fernández, nuevo capitán del Real Avilés, jugó en El Candín y tiene allí a su familia política, pero «en el campo cada uno defiende lo suyo»

Nacho Gutiérrez

Viernes, 28 de agosto 2015, 02:32

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Finalizada la deprimente temporada 2014-15, la plantilla del Real Avilés se quedaba sin inquilinos. Unos se fueron porque su vinculación finalizaba, los que podían seguir optaron por la salida y en nómina solamente aparecía un nombre, el de Matías Fernández, quien tras su cesión al Lealtad solo se planteaba cumplir en el club blanquiazul su año de contrato, pese a que los comentarios hablaban de otras cuestiones. «Lo viví todo a distancia, estuve un mes fuera de España y supe lo que se decía por las noticias que salían en la prensa. El club me llamó para liquidar el aspecto económico de la pasada campaña y cuando regresé de viaje hablé con Pablo Lago, me dijo que contaba conmigo en su proyecto deportivo y estoy muy motivado».

El domingo afronta un partido señalado, en un equipo en el que jugó y fue campeón de Tercera, cerca de su Riaño natal, en Tuilla, de donde es su esposa: «Es muy especial jugar allí por muchos motivos, paso mucho tiempo en el pueblo porque allí viven mis suegros, tengo amigos y el año que pasé fue inmejorable en todos los sentidos. El equipo quedó campeón de Liga y de Copa Federación, y disputó un play-off que para un pueblo pequeño es un motivo de orgullo». Lo de celebrar un posible gol, ni hablar: «Qué quieres, que me mate mi suegro?», dice.

No es la primera vez que visita El Candín como rival y sabe que en el campo cada uno irá a lo suyo y que el público estará encima del Tuilla: «Eso es lo normal, por encima de las amistades cada uno tiene que defender sus intereses, ellos irán a por el partido y nosotros también».

Un equipo arlequinado que en los últimos años se ha ganado un sitio en la zona noble de la Tercera División asturiana: «El Tuilla lleva varios años compitiendo con los mejores, haciendo equipos muy fuertes, que aprietan, son seguros en defensa y tienen calidad para jugar, no sólo ganan en su campo que era un poco la leyenda de antes. Han demostrado que pueden ganar a cualquiera y en cualquier campo».

Y un Tuilla que ha comenzado la campaña a pleno rendimiento, ganando al Covadonga y con la final de la Copa Federación a tiro: «Está en su línea, suele empezar muy bien las temporadas y lo vemos con sus resultados, vienen de ganar en Mieres, donde nunca es fácil hacerlo y será un equipo complicado para nosotros».

Conoce bien el campo, antes de tierra y estos años sintético, y siempre con unas medidas muy reducidas, lo que obliga a modificar ciertos aspectos del juego a los equipos visitantes: «Creo que va a ser un partido trabado, con mucho juego aéreo y segundas jugadas en las que la clave es estar siempre atento y ser más listo que el contrario».

En el Avilés, con todas las circunstancias vividas tras el descenso, se ha conseguido formar un equipo al que se apunta como uno de los claros candidatos a pujar por el ascenso a Segunda B: «Hay un buen cuerpo técnico, jugadores con mucha experiencia de años en Segunda B y algunos en Segunda, con rendimiento contrastado. También hay gente joven con hambre, calidad y muchas posibilidades de crecer con el equipo. Para empezar tan tarde y con las circunstancias que hubo, el Avilés ha hecho un equipo competitivo».

Matías participó de la temporada del play-off de ascenso y vivió desde el Lealtad el hundimiento avilesino en el ejercicio anterior: «Tras la primera vuelta, en diciembre, lo que pensaba es que la permanencia era un trámite y que podía repetir lo del año anterior. Empezaron los cambios de jugadores, el equipo entró en una mala racha y los cambios de entrenador no dieron resultado».

«El Avilés es el Avilés»

Con el Lealtad a salvo en una dramática última jornada para el Avilés, Matías asistió con dolor al partido del Suárez Puerta ante el Eldense de la promoción de descenso: «Me dio mucha pena por los compañeros, la afición, el club y la ciudad. La sensación fue de mucha tristeza».

De lo que pasó después con la división de los aficionados, afirma que «respeto todas las opiniones, cada uno es libre de hacer lo que quiera. Yo pienso que el Real Avilés siempre será el Real Avilés. Leí muchas cosas sobre su situación, pero muchos clubes que están fastidiados».

Su rol está llamado a ser uno de los actores principales del equipo y es lo que se propone en una temporada en la que su nombramiento por parte de los compañeros como primer capitán refuerza su figura, siempre con chascarrillo para provocar unas risas en el grupo: «Primero fue Pablo el que decidió darme el brazalete porque era el único que seguía en el Avilés. Luego los compañeros votaron y salí elegido junto a Nacho Fernández y Pantiga. Es agradable que lo hayan decidido ellos, me hace sentir un poco más importante. Es la primera vez que soy el capitán de un equipo y aunque no tiene mayor trascendencia, espero estar a la altura de lo que significa llevar el brazalete».

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