Borrar
Un punto muy sufrido en Miramar

Un punto muy sufrido en Miramar

El Real Avilés pudo sumar a duras penas un punto ante un Marino que mereció más tras el descanso

Nacho Gutiérrez

Domingo, 9 de noviembre 2014, 23:38

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Real Avilés pudo arrancar a duras penas un punto en su visita a Miramar ante un Marino (0-0) que en la segunda parte estuvo muy cerca de firmar su primer triunfo, que se le negó por las buenas intervenciones de Alejandro y el divorcio del equipo gozoniego con el gol, que va ya por siete partidos seguidos sin aparecer.

Un reparto de puntos que premia el esfuerzo titánico de todos los futbolistas, obligados a dar el máximo para moverse y mover el balón en un campo muy blando que fue el peor enemigo de los dos equipos. El punto no satisface las apetencias de unos y de otros, pero le viene mejor al Avilés por aquello de jugar fuera, y sirve de muy poco para un Marino que sigue sin ganar en la cola del pelotón. Para los avilesinos la factura del empate pasa por las dos tarjetas que vieron los dos bastiones del centro del campo, Geni y el cántabro Adrián León, que desnudan al equipo blanquiazul para su próximo compromiso, el domingo ante el Lealtad.

El de ayer fue un partido condicionado por el mal estado del campo, al que la llegada de las lluvias, todos los años, deja en malas condiciones, muy blando. Eso dificultaba cualquier posibilidad de rasear el balón, así que entre eso y las precauciones de ambos entrenadores, dio paso a un partido de mucha exigencia física, de máxima concentración para evitar errores. Hasta en eso los dos equipos empataron porque las dos defensas dejaron los regalos para otra ocasión, aunque la del Avilés se vio mucho más apurada que la del Marino en la segunda parte, en la que se rompieron las hostilidades.

Antes, hasta el descanso, fueron las huestes de Uribe las que mejor tono expusieron en Miramar. El técnico gijonés apostó por el músculo en ataque al meter a Antonio Matas por Abraham, mientras la baja del reconvertido Omar en el lateral derecho la suplía con Marcos Cerrudo, después de seis semanas sin verlas. Estuvo bien el madrileño, sobre todo en ese primer tiempo de mejor pinta para el Avilés, al que movía Pascual y en el que Geni y Adrián agrandaban su presencia.

Marco Díaz dispuso a Espolita en el pivote por delante de la defensa y reforzó las bandas con Fran Pastor a la derecha y Tito en la izquierda, que acabarían siendo los elementos de mayor peligro en el Marino, que tardó en meterse en el partido. Con Matas y Cristian viviendo al borde del fuera de juego y sin poder, como tampoco Jandro, desbordar a la defensa, por lo que el balón parado iba a ser el único recurso, tanto a saques de esquina como de faltas, muchas pero ninguna productiva, aunque la primera pudo acabar en gol.

Borja casi marca

Fue en el minuto 14 cuando Rafa Ponzo atrapó un cabezazo de Borja García que botó justo delante del portero junto al palo derecho. En la siguiente acción el Marino hizo lo propio al cabecear Torres un córner, aunque Alejandro no tuvo que emplearse a fondo porque el remate le salió muy blando al nueve local.

Sin crear ocasiones claras, era el Avilés quien mandaba, el que casi siempre llegaba antes a los balones y el que podía provocar peligro, que no se cristalizó en los sucesivos intentos de Jandro, silbado en su regreso a Luanco, Cristian, otra vez en banda, derecha o izquierda, ni el madrileño Antonio Matas, que supo ganar balones y jugarlos de espaldas, aunque no apareció en el remate.

El Marino apenas inquietó pero dio un par de avisos de lo que podía hacer en el minuto 33. Pastor conseguía por primera vez irse por el costado y su centro por raso al segundo palo se paseó sin que Torres ni Tito pudiesen llegar antes de que Geni, en una más de sus ayudas, terminara de alejar el peligro. En el 44, de nuevo Pastor desequilibró, esta vez por la izquierda, y su centro cerrado lo atrapó Alejandro con Torres a punto de rematar en el primer palo.

Se habían animado los luanquinos en el tramo final de la primera parte y el descanso no enfrió los bríos del Marino, que había encontrado al fin la manera de hacer daño con el veloz Pastor. Antes de cumplirse el primer minuto, el madrileño se fue de nuevo por la derecha para enviar un centro cerrado que Juanma Torres no pudo mandar a la red en el primer palo, y al que tampoco llegó en el segundo Dudi. Sin dar respiro al Avilés, Pastor fue tras un saque de esquina el que probó fortuna con un remate desde la frontal que se le marchó alto.

El equipo avilesino apenas lograba retener el balón y menos aún de conectar son sus puntas. Aunque el Marino llevaba la iniciativa, dispuso de una buena opción a la contra tras rechazar la defensa una volea de Pascual a la salida de un córner. Berna, providencial, tocó y desvió de cabeza un centro que dejaba solo a Torres ante Alejandro, que empezaba a ver más cerca a los delanteros locales. Sobre todo a Pastor, que de nuevo creó ocasión que Jorge Merino, en el corazón del área, mandó a los cielos de Luanco.

El Avilés estaba contra las cuerdas porque era incapaz de sacar balones en condiciones, aunque tuvo su ocasión a los 60 minutos. Cristian porfió por un balón que rebotó en un rival para caer a pies de Antonio Matas, quien pudo golpear con la zurda aunque optó por quebrar la entrada de Guaya. El blanquiazul se acabó cayendo sin poder rematar, no sin reclamar penalti del capitán marinista por una posible mano.

Ataques locales

Fue lo último que pudo generar el Avilés en el área de Rafa Ponzo. Hasta el final del partido fue Alejandro el protagonista en Miramar, con rapidez para salir del área en una galopada de Torres, o para realizar la parada de la tarde, en el minuto 64. Tito, tras un córner, recibió libre de marca y aunque remató con su pierna mala, la derecha, obligó al meta blanquiazul a despejar a córner en un alarde de reflejos. Dos minutos después se repitieron los protagonistas, con una volea, ahora con la zurda, de Tito que se envenenó en el bote y que pudo despejar Alejandro apurado.

Uribe había movido fichas, pero los cambios tampoco mejoraron el panorama, sobre todo porque Chevi estuvo más tiempo en el suelo que de pie por sus constantes resbalones, y tampoco Rivera pudo mejorar a Matas. En el Marino los que dejaron el campo fueron los jugadores de banda, rotos del esfuerzo, y Marco Díaz apostó por la calidad de dos avilesinos, Imanol y Omar. El exblanquiazul pudo darle el toque de gracia al partido en una doble ocasión a los 76 minutos, con un primer remate rechazado por Alejandro y un segundo casi inmediato que se fue .

El Marino había dejado pasar su momento de ganar el partido y los minutos finales no obraron el milagro de ver un gol del equipo luanquín, que ayer habría ganado a los puntos a un Avilés esforzado pero sin gracia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios